No estaba muy segura de qué quería hacer ese día, pero me dijeron que iba a estar Tiro de Gracia en una hueá en el bar the clinic. No me tincó mucho porque ahí es como chico y lleno de gente que no cacha. Pero íbamos a entrar gratis y ademas la banda volvió a reunirse con su formación original hace poco, y tenía ganas de escucharlos. Me avisaron que ya no sonaban igual y que no me ilusionara, así que no me ilusioné.
Llegamos tarde y con más gente que no estaba anotada, pero pasamos todos igual. Resulta que la presentación de Tiro de Gracia era parte de una gira que está realizando LG para promocionar sus parlantes nuevos, XBoom. Tengo que admitir que cuando entramos me sorprendió lo bien que sonaba la banda que estaba tocando, aunque la música en realidad no me interesaba, había fumado afuera y tenía mucha sed. Quise comprar una chela pero estaba a luca la lata y fue como «saaa, estoy que pago tu hueá de lata culiá». Me cagué de sed.
Cuando salió Tiro de Gracia después de un montón de rato escuchando funk para ex-cocainómanos, me costó reconocer cuál era cuál. Ahora son dos gordos parecidos a Alex Sintek y un flaco sospechoso. Tocaron canciones precisas, y partieron con Chupacabras. Mi reacción fue gritar cuando explotó cotillón durante el coro, fue emocionante, me gusta esa canción, y todas las demás. Melaza, El Juego Verdadero, Sueños, Viaje sin Rumbo, son algunas de las que me acuerdo. Fue bonito rapear con ellos los coros de Joven de la Pobla.
Aunque lo que me habían dicho era cierto -que sus voces no sonaban igual, y la onda del lugar era muy ingeniero comercial sub35- le agradezco a LG que los haya juntado, si era plata lo que se necesitaba para que estos genios se reunieran a tirar las rimas más certeras del Santiago urbano de los 90s,entonces que bueno que les dieron plata. Juan Sativo salió con un reloj agilao como con diamantes, cantando frente a un neón de LG, un buen símbolo para separar lo que son y lo que fueron. Ya no cantan de espaldas a un graffiti del canal San Carlos, pero no quisiera pensar que por eso lo que escribieron perdió relevancia. Nadie les pide que vuelvan a la marginalidad, pero espero que recuperen la chispa artística, porque sería triste verlos convertirse en simples interpretes de lo que fueron cuando jóvenes.
Mi vida vivir, sin miedo a morir
mi vida fácil, no es nada ágil
yo vivo de delincuencia, droga,
mi esencia, mi vena recibe
la aguja decide por mi vida
no veo salida
vuelvo al lugar, me vuelvo a drogar