La Trini está lejos en el primer mundo y me pidió unas recetas de repostería fina y elegante, así tal cual, para ir a vender a un parque. Es el equivalente de ir a vender pulseras de macramé a la playa, pero para gente blanca. Pensé en transcribirlas y mandárselas, pero en realidad puedo compartirlas con el mundo, porque después de todo yo también me las robé de internet en algún momento y ya no sé de dónde.
Cosas que he comido
Me gusta comer